¿Cómo detectar monóxido de carbono?
Junto con la llegada de las bajas temperaturas comienza un período de riesgo en los hogares debido a la presencia del monóxido de carbono (CO). Puertas y ventanas se sellan herméticamente, las habitaciones se ventilan menos, y la presencia de estufas y chimeneas en su interior generan condiciones de vulnerabilidad frente a las emanaciones de este gas sin olor ni color. Durante los meses invernales las estadísticas de muertes relacionadas con el CO se incrementan.
En esta ficha entregamos información detallada acerca del monóxido de carbono, su detección y las consecuencias de su presencia en el hogar. Presentamos, además, soluciones efectivas para controlar sus fuentes y evitar riesgos.
Antes de comenzar
Las alarmas de monóxido de carbono –correctamente ubicadas e instaladas– sirven para alertar rápidamente ante la presencia de CO en el ambiente. Su diseño permite detectar el monóxido de carbono originado desde cualquier fuente de combustión incompleta, pero no puede prevenir sus emisiones tóxicas. Por esto último, resulta necesario recalcar que la responsabilidad final sobre la protección contra los niveles tóxicos de CO recae en cada persona en particular.
Detectores de CO
El funcionamiento es simple: los sensores de estas alarmas monitorean el aire y, cuando detectan CO, el detector activa su propia alarma interna, entregando así un tiempo que puede resultar precioso para evacuar el lugar antes de resultar seriamente afectado por los efectos tóxicos de este gas.
Debido a las características de los detectores, estos aparatos sólo indican la presencia del monóxido de carbono acumulado en torno a su sensor, por lo que es necesario recordar que el gas podría estar presente en otras áreas de nuestro hogar. Además, aunque existen modelos especiales que pueden cumplir funciones adicionales, la mayoría de los detectores de CO no han sido diseñados para detectar fugas de gas combustible (propano, butano o natural), calor, humo, llamas o explosiones.
Los detectores de monóxido de carbono (CO) son una importante herramienta de ayuda para la protección de su familia ante los peligros que este gas trae consigo. Su instalación en casa debe ser sólo el primer paso dentro de un programa de acciones enfocado a conseguir mayor seguridad en el hogar.
EL MONÓXIDO DE CARBONO (CO)
¿Por qué se produce?
El monóxido de carbono (CO) es un gas tóxico que se produce siempre como subproducto de la combustión incompleta de algún combustible basado en el carbono, tal como el gas natural, petróleo para calefacción, leña, troncos de madera reconstituida, gasolina, carbón vegetal y otros productos similares.
Los más típicos emisores de CO al interior del hogar son los calefones, estufas, cocinas, y parrillas de carbón o a gas. También los motores de automóviles en funcionamiento y el tabaco de los cigarrillos (al quemar el tabaco, el CO penetra en la sangre de los fumadores y queda también en el ambiente, afectando de paso a los que no fuman).
Además se puede producir CO al inhalar los vapores de algunos productos químicos para remover pinturas, que contienen cloruro de metileno. Esta sustancia es transformada en monóxido de carbono por el organismo.
Industrialmente, el CO se origina en fundiciones de acero, fábricas de papel y plantas productoras de formaldehído.
Es muy frecuente también que se genere este gas en los incendios.
¿Por qué se acumula en el ambiente?
Al interior de las casas, el CO se puede acumular por diversas razones:
Ventilación insuficiente.
Mal diseño de los ductos de ventilación o incorrecta instalación de los artefactos.
Mal estado de funcionamiento de artefactos o instalaciones.
Inadecuada ubicación o utilización de artefactos.
Cualquiera de estos factores puede resultar fatal, ya sea actuando por sí solo o en conjunto con alguno de los demás. Cuando la presión atmosférica en el interior es menor que la presión exterior, y se ponen en funcionamiento los diferentes aparatos, el aire interior utilizado por ellos en la combustión debe ser reemplazado por aire fresco, que está obligado a entrar desde afuera. Pero si las puertas y ventanas están cerradas herméticamente, el aire que entra lo hará a través de algún ducto de salida, y podría arrastrar de vuelta el monóxido de carbono, producto de la combustión. Así los gases resultantes de la combustión se devolverán a la casa.
¿Cuáles son los niveles de alarma y de peligro?
El monóxido de carbono es un gas muy traicionero por ser difícil de detectar a simple vista y puede ocasionar la muerte al ser inhalado aún en cantidades muy pequeñas. Su principal efecto es que altera la capacidad de la sangre para transportar oxígeno al organismo.
Una vez que penetra en el torrente sanguíneo, el organismo tarda entre 4 y 12 horas en eliminarlo. Cualquier persona o animal que se encuentre en un lugar contaminado debe considerarse en riesgo. El
efecto pernicioso dependerá de la concentración de CO en el aire, del tiempo de exposición-inhalación y de las características propias de cada persona (edad, estatura, peso, sexo, estado de salud en general). Se ven más afectados los niños, mascotas, bebés en el útero materno (aún cuando la madre no se vea afectada), personas con anemia o un historial de enfermedades cardíacas.
La concentración de monóxido de carbono en el ambiente no debe sobrepasar las 45 partes por millón (45 PPM)
Niveles bajos:
Generalmente 35 PPM y menos son considerados niveles bajos.
Esta situación debe ser monitoreada de cerca, pues la exposición a bajos niveles de CO por un tiempo prolongado (más de 8 horas) puede ser peligrosa, sobre todo para personas de alto riesgo.
En algunos casos, los bajos niveles de CO se pueden producir por la polución del aire, el tráfico pesado de vehículos, el humo de cigarros, inversión térmica y otros factores.
Niveles medios:
Las concentraciones entre 35 y 100 PPM son consideradas de un nivel medio. Estos niveles de concentración pueden causar serios problemas de salud. Todas las posibles fuentes productoras de CO deben ser de inmediato suspendidas e inspeccionadas por técnicos calificados. Ventilar rápidamente la zona abriendo puertas y ventanas.
Chequear el estado de las personas que han estado expuestas a estos niveles de CO. Si no presentan síntomas de intoxicación, esta situación no se considera una emergencia, pero no debe ser ignorada.
Niveles altos:
Los niveles mayores a 100 PPM, acompañados por síntomas, son considerados peligrosos.
Si se detectan 100 PPM, pero las personas todavía no muestran síntomas, esta es también una situación de riesgo, pues la única diferencia con los niveles considerados peligrosos, es que aún no han aparecido los síntomas. Se podría convertir rápidamente en una situación peligrosa.
De inmediato apagar todas las fuentes que puedan estar emitiendo CO y no volver a usarlas hasta que las inspeccione y repare un técnico calificado. Ventilar el lugar abriendo puertas y ventanas y esperar afuera hasta que el CO haya bajado a niveles fuera de peligro.
El humo del cigarrillo aumenta la concentración de monóxido de carbono en el aire en aproximadamente 1,5 PPM.
La siguiente tabla muestra los síntomas que experimenta un adulto saludable frente a diferentes niveles de inhalación de CO.
¿Es igual un escape de gas que uno de monóxido de carbono?
Aunque no pocas veces las muertes por inhalación de monóxido de carbono se atribuyen a escapes de gas, es preciso aclarar que el gas natural (metano) no es tóxico.
Los síntomas de intoxicación van a depender de la concentración y rapidez con que se inhale el gas. La inhalación masiva y aguda de gas ciudad produce rápidamente la pérdida del conocimiento y parálisis respiratoria.
Correcto uso de los aparatos de calefacción
Nunca utilizar aparatos alimentados a¡ gas -como cocinas, hornos o secadores de ropa- para calefaccionar la casa. La llama de estufas, calefones o cocinas a gas debe ser silenciosa, azul y pareja. Si es amarilla, significa que está produciendo monóxido de carbono, en cuyo caso, apagar el artefacto y hacerlo revisar por un especialista.
Nunca dejar funcionando un automóvil en un garaje que esté conectado con la casa y por ningún motivo permitir que el humo del escape del motor entre en ella. Mantener el garaje siempre bien ventilado y no confiar en que el portón está abierto.
No encender aparatos de combustión sin ventilación en habitaciones que permanezcan con sus puertas o ventanas cerradas; tampoco encenderlas en donde haya personas durmiendo.
Encender siempre sus estufas a parafina en un lugar abierto. No utilizar herramientas ni motores a gasolina en lugares cerrados. Si su uso es imprescindible, asegurarse de que exista una correcta ventilación y, siempre que sea posible, procurar que los escapes del motor salgan hacia el exterior. Nunca hacer funcionar un artefacto si se sospecha que está con problemas. Antes, hacerlo revisar y reparar por un servicio técnico autorizado. Con un artefacto bien calibrado el rendimiento calórico sube y se consigue una mayor economía.
Jamás rellenar el estanque de una estufa a parafina mientras esté encendida.
Si se va a temperar un ambiente cerrado con una estufa sin tiro forzado, dejarla sólo un rato en el recinto y después sacarla.
No reparar estufas por combustión si no se cuenta con el conocimiento, la destreza o las herramientas necesarias. Consultar siempre el manual del
propietario para realizar ajustes menores o reparar estufas por combustión.
Para evitar que los aparatos a combustión contaminen más de lo esperado, realizar una mantención periódica de ellos (al menos una vez al año).
Nunca encender carbón al interior de un recinto cerrado (casa, garaje, carpa, etc.) ni utilizar equipos de combustión portátiles para acampar dentro del hogar, garaje, vehículo o carpa.
Asegurarse que los aparatos a combustión que se van a usar en el hogar hayan sido diseñados para trabajar en condiciones de ventilación como las existentes en el lugar en donde se usarán.
Leer las etiquetas, averiguar las recomendaciones de uso, instalación y mantenimiento entregadas por el fabricante y seguirlas tal cual. Si el manual del artefacto dice “Usar sólo en exteriores”, no usarlo en un interior.
¿Cómo actuar en caso de sospecha de intoxicación con CO?
Si se presentan síntomas similares a los de intoxicación por baja concentración de CO y se descubre que disminuyen o se pasan al alejarse de la casa, y vuelven a aparecer al regresar a ella, es altamente conveniente visitar a un médico y realizar una medición cuidadosa de los niveles de CO en el ambiente. Averiguar si no es usted el único con síntomas similares en la casa. En casos más graves de intoxicación por CO al interior de una habitación, tener presente lo siguiente antes de intentar un rescate.
No tratar de entrar a rescatar a la persona de inmediato. Antes de hacerlo, protejer boca y nariz con un pañuelo. Sólo una vez preparado, arrastrarse por el suelo hasta llegar al afectado y moverlo hasta un sitio al aire libre.
El CO es más liviano que el aire, por eso se acumula en las zonas altas de una habitación. De ahí la conveniencia de arrastrase por el suelo.
Llamar a una ambulancia desde un teléfono ubicado en un lugar no contaminado, o trasladar a la persona a un Servicio de Urgencia.
Alejar a la persona afectada de la zona contaminada puede no ser suficiente para salvarle la vida. Aún cuando la víctima cobre la conciencia, necesita atención médica inmediata.
Si la persona está inconsciente, examinar si tiene pulso y respira.
Si no está respirando, comenzar con respiración boca a boca.
Si sigue sin pulso, realizar una reanimación cardiopulmonar.
Si se dispone de un tanque de oxígeno, proveer oxígeno con una máscara. Ésta debe estar sellada sobre la nariz y la boca de la víctima para impedir la entrada de otros gases.
Abrir puertas y ventanas.
Paso 1 - Detectores de CO
Las alarmas de monóxido de carbono más comunes han sido diseñadas para ser usadas exclusivamente al interior de viviendas individuales, por lo que no es aconsejable su empleo en áreas comerciales, industriales y tampoco en automóviles, embarcaciones o similares.
En edificios multifamiliares deben ubicarse al interior de cada departamento individual, pues si se instalan en exteriores, como por ejemplo en pasillos, halls de acceso, porches, subterráneos, etc. podrían no advertir a tiempo a los residentes.
Paso 2 - Calcular las unidades necesarias en una casa
Aunque un solo detector puede bastar para una casa de hasta 140 m2 de superficie útil, si estuviera instalado en un segundo piso, podría no detectar a tiempo una concentración de CO en el primer piso o en un subterráneo.
La mejor forma de conseguir una detección efectiva y temprana de CO es instalando una alarma en cada uno de los diferentes niveles y áreas de una casa o departamento.
Una referencia importante para definir la cantidad de alarmas necesarias, es que pueda quedar situada a una distancia tal que permita oírla desde la zona de los dormitorios.
Si las personas de la casa suelen dormir a puertas cerradas, instalar un detector en cada uno de los dormitorios y otro en el pasillo o hall más cercano. El humo particulado puede ser bloqueado por una puerta cerrada, pero el gas de CO puede traspasarla.En edificios multifamiliares deben ubicarse al interior de cada departamento individual, pues si se instalan en exteriores, como por ejemplo en pasillos, halls de acceso, porches, subterráneos, etc. podrían no advertir a tiempo a los residentes.
Paso 3 - Ubicar los detectores correctamente
Clave para el correcto funcionamiento de estos sistemas es su correcta ubicación. Se pueden instalar sobre muros y en cielos.
Si se va a instalar en un cielo, dejarlo lo más centrado posible dentro de la habitación, hall o pasillo. Si no fuera posible, asegurarse de dejar el borde de la alarma a no menos de 10 cm. del muro más cercano.
Si se va a instalar sobre un muro, ponerlo donde se pueda examinar fácilmente los indicadores visuales. Se recomienda dejarlo entre 1,50 mts. y 1,80 mts. desde el piso.
Las estadísticas dicen que la mayoría de los casos fatales de intoxicación por inhalación de CO se producen durante la noche, mientras la persona duerme. Por ello, si se va a instalar sólo un detector, ubicarlo cerca de los dormitorios y de las alarmas de fuego o de humo, si es que las hay.
Ubicaciones incorrectas
Una incorrecta ubicación puede hacer que la alarma no detecte a tiempo un aumento en los niveles de CO o —por el contrario— se vuelva muy ruidosa y molesta.
No ubicar directamente sobre un lavaplatos ni sobre una cocina.
Separarlo al menos 1,50 m. de cualquiera de estos artefactos.
No ponerlo en áreas muy húmedas (toleran entre 10% y 90%), ni cerca de baños con duchas. Alejarlo al menos unos 3 mts. de distancia de los baños.
No situar el detector a menos de 15 cm. del cielo o del suelo, ni en zonas de turbulencias, como por ejemplo cerca de un ventilador de techo o junto a ventanas o puertas que permanezcan abiertas. La entrada de aire fresco podría retardar la detección del CO.
Cuidar que no quede escondido detrás de cortinas ni mueble.
Mantener una buena ventilación mientras se usan productos de limpieza u otros elementos contaminantes, que puedan ser detectados por esta unidad.
Las alarmas funcionan dentro de un rango de temperatura situado entre los 4,4ºC. y los 38ºC. Una pieza demasiado fría o extremadamente calurosa producirá un inadecuado funcionamiento del detector. Descartar los exteriores.
Nunca instalar el detector en zonas que concentren mucho polvo pues quedará bloqueado el sensor.
Tampoco ubicarlo donde pueda ser golpeado o dañado.
Tampoco instalar en la pieza de la caldera, cocina o garaje, pues podría sonar a cada momento y volverse muy molesto.
Paso 4 - Conozca los niveles de activación de la alarma
El detector emite una señal audible cuando la concentración de CO alcanza niveles peligrosos.
La mayoría de estas alarmas miden no sólo la concentración de los niveles de CO, sino también la cantidad de tiempo que el gas ha permanecido en el ambiente. Mientras más alta la concentración de CO, más pronto se activa la señal de alarma.
La mayoría de los detectores no emiten señales audibles mientras los
niveles de concentración no superan las 35 PPM.
Tips
DETECTORES PARA PERSONAS CON PROBLEMAS MÉDICOS
Las personas con problemas médicos debieran escoger detectores que entreguen señales de alarma audibles y visibles frente a concentraciones de monóxido de carbono iguales o por debajo de las 30 PPM.
Paso 5 - ¿Qué hacer si suena la alarma?
El sonido que produce una alarma detectora de CO es fuerte (aprox. 85 decibeles), ya que debe ser capaz de despertar a una persona ante una emergencia. Cuando la alarma esté sonando, no se debe permanecer demasiado cerca de ella. Una exposición prolongada a ese nivel de ruido podría traer complicaciones auditivas.
Aunque el ruido se vuelva desagradable, nunca desconectar cuando empiece a sonar. Esperar a que el aparato se silencie automáticamente, cosa que ocurrirá una vez que la acumulación de CO en el aire haya caído por debajo de los niveles peligrosos. Mientras tanto, permanecer fuera de la casa y esperar a que deje de sonar.
Activada la alarma, hacer lo siguiente:
El de Presionar el botón "RESET/SILENCE".
Llamar a alguno de los servicios de emergencia autorizados por la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC).
Trasladarse de inmediato hacia una zona donde se pueda recibir aire fresco, ya sea en el exterior o junto a una puerta o ventana. No volver a entrar o no moverse del lado de la puerta o ventana hasta que llegue la ayuda solicitada, haya sido ventilada la zona y la alarma esté de vuelta a su condición normal.
Si el sistema se vuelve a activar dentro de las siguientes 24 horas, repetir el procedimiento anterior y llamar a un instalador de gas autorizado por la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) para que inspeccione las posibles fuentes de emisión de CO desde los artefactos.
Si después de esta inspección se detecta problemas en alguno de ellos, hacerlo reparar de inmediato o cambiarlo por otro en buenas condiciones.
Tips
UN PLAN DE EVACUACIÓN
No está de más tener pensado un plan de evacuación ante una emergencia, especialmente cuando hay niños pequeños y se vive en edificio. Tener al menos dos vías de escape por pieza, una de las cuales no utilice la puerta de entrada al recinto.
Instruir a los niños para que nunca jueguen con estas alarmas y advertirle sobre los peligros del monóxido de carbono. Enseñarles lo que significan las señales del detector de CO y entrenarlos para que sepan salir del lugar por sí solos en caso de emergencia. Definir un lugar de encuentro a una distancia segura desde la casa y asegurarse que todos hayan entendido hacia donde dirigirse a esperar en una situación de peligro. Saber desde dónde puede solicitar ayuda a los bomberos. Repasar su plan cada seis meses.
Paso 6 - ¿Cómo determinar el origen del CO detectado?
Una lectura de bajos niveles de CO puede tener diversos orígenes. Por ejemplo: se ha puesto en marcha un automóvil en una zona cercana al detector; un artefacto electrodoméstico ha emitido una corta explosión de CO al ponerse en funcionamiento; se produjo inversión térmica; incluso el humo del cigarrillo también puede generar bajas lecturas de CO. Otra posible causa puede ser la introducción de gases desde algún producto de uso doméstico, como por ej. alcohol, soluciones básicas de limpieza, pinturas, barnices, aerosoles, e incluso gases que salen desde un contenedor donde se almacenan pañales sucios.
Tips
SI EL DETECTOR PARECE ESTAR FUNCIONANDO ADECUADAMENTE, HAGA LO SIGUIENTE:
Ventile la habitación y apague todos los aparatos que generen llama.
Después de ventilar el área, asegúrese que no sigan existiendo gases contaminantes (aerosoles, pinturas, etc.).
Si después de retirar todas las fuentes posibles productoras de CO su detector sigue acusando bajos niveles de monóxido, llame a un instalador de gas autorizado por la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC) para que inspeccione las posibles causas del problema.
No ignore estas señales, recuerde que tanto los bajos niveles como las altas concentraciones de CO pueden causar serios problemas
Cuidado especial
Tal como sucede con cualquier otro producto electrónico, las alarmas de CO tienen una duración limitada y garantizada. Para un correcto funcionamiento, instálelas siguiendo las instrucciones entregadas por el fabricante.
Manténgalas sus detectores siempre impecables, pero no las lave con detergentes ni solventes. Sólo retíreles el polvo con un paño limpio o aspiradora, por lo menos una vez al mes.
No rocíe desodorante ambiental, laca para el pelo, pintura, insecticida u otros aerosoles cerca de la alarma, pues algunas sustancias pueden afectar el sensor y causar falsas lecturas; como por ejemplo: metano, propano, isobutano, etileno, benzeno, tolueno, ethyl acetato, sulfuro de hidrógeno, dióxidos de sulfuro, productos con base de alcohol, pinturas, diluyentes, solventes, adhesivos, lacas, productos para después de afeitar, perfumes y algunos agentes de limpieza.
Nunca pinte su detector, pues la pintura sellará las ventilaciones e interferirá con la capacidad del sensor para detectar CO. Para proteger su alarma de daños permanentes, retírela y déjela guardada en una bolsa plástica, en otro lugar, antes de pintar, barnizar, vitrificar, instalar papel mural o usar adhesivos fuertes en el lugar donde la tiene ubicada.
Vuélvala a su ubicación original lo antes posible, para que pueda seguir prestando utilidad.
Examine la alarma, batería y luces semanalmente presionando el botón de prueba y reemplácelas cuando sea necesario. Los fabricantes recomiendan cambiarlas una vez expirado el plazo de garantía y cuando dejan de funcionar.